Reportaje de boda de Marta y Daniel

La boda de Marta y Daniel no pudo ser más especial. Si hay una palabra que puede definirla es la naturalidad. Son pocas las parejas que pueden presumir de haber estado siempre juntos y, aunque la vida se divida en etapas muy diferentes, hay personas que deciden crecer unidas y labrar un camino yendo de la mano. No hay nada como elegir a un buen compañero de viaje y, en su caso, sin duda no han podido sentirse menos solos durante el recorrido. Además, si hay algo que une a esta pareja es el campo. Por ello, saben cómo hacer crecer esa semilla que en un principio tan siquiera parece tener vida. Pero, con los cuidados adecuados, es capaz de crear una planta que presume de belleza, de utilidad y de importantes beneficios.

Tu pueblo como escenario de boda

De este modo, ambos no dudaron en organizar una preciosa boda en Valladolid, concretamente en su pueblo, La Seca, que ha sido testigo de toda clase de aventuras que ha vivido la pareja a lo largo de los últimos años. Por supuesto, amigos y familiares, muchos de la zona, también pudieron recordar en este día tan especial esas primeras miradas, esos encuentros y ese crecimiento del que fue presumiendo la relación con el paso del tiempo.

Todo fue cercano. Esa iglesia tan conocida del municipio, el cura que tiene una estrecha relación con la familia y, detalles tan importantes como el peinado de la novia, fue obra de una de sus mejores amigas. Por lo tanto, nada podía salir mal.

Lágrimas de emoción

La lluvia representó ese elemento que da vida a los hechos más importantes, como el azúcar en el café o una buena botella de vino en medio de un brindis. Además, hizo juego con las lágrimas de emoción que recorrían las mejillas de Marta, que sonreía y lloraba a partes iguales debido a la representación de aquella ceremonia, que le uniría a su media naranja para siempre. Daniel le recibió en el altar totalmente seguro del paso que iba a dar, dándose cuenta una vez más que se trataba de una de las mejores decisiones que había podido tomar hasta el momento. En la iglesia se pudieron escuchar las palabras de las personas más cercanas a la pareja, que valoraron su relación y recordaron por qué ambos estaban a punto de darse el “sí quiero”.

Después de hacer frente a toneladas de arroz, no faltó la visita a la abuela de la familia, que no pudo sentirse más orgullosa de ambos, viéndoles, una vez más, felices al uno al lado del otro.

Banquete de boda inolvidable

Momentos después, el Hotel La Vega abrió sus puertas para dar la bienvenida como marido y mujer a Daniel y a Marta, que aprovecharon los bonitos alrededores para inmortalizar la ilusión, el amor y las ganas que se respiraban en el ambiente.

Sin duda, un momento muy especial fue cuando Daniel demostró una vez más el amor y el respeto que siente hacia su reciente mujer. Y es que, lejos de regalarle un ramo de rosas, organizó que cada una de las personas importantes de su vida le entregaran esta flor hasta sumar el número de años que llevaban juntos. Por supuesto, la última, se encargó él de dársela, con una mirada que transmitía un “para siempre”.

Ahora, con la llegada del baile comenzó el momento más divertido de la boda en el hotel La Vega de Valladolid. Todos los invitados se entregaron a la música y decidieron dejarse llevar en un momento que sería recordado para siempre. Además, no podía faltar la proyección de un vídeo que ofreciera pinceladas de los protagonistas de esta historia, mostrando imágenes tanto juntos como separados de los novios para mostrar el significado de esta boda tan bonita que tuvo lugar en la ciudad bañada por el Pisuerga

Un recuerdo para toda la vida

No hay nada como inmortalizar cada momento mediante la labor de un fotógrafo profesional que sea capaz de recordarte un evento vivido a lo largo de toda una vida. Porque hay sensaciones que, por mucho tiempo que pase, es imposible borrarlas de la mente, pero mucho menos de una fotografía.

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